A menudo vivimos acostumbrados a planear absolutamente todo, nuestras rutinas, nuestros proyectos y nuestras tareas, tanto que nuestra facilidad para recrear e improvisar a veces queda mermada. Esto no quiere decir que hayamos perdido la capacidad de imaginar, lo que quiere decir es que nos hemos acostumbrado a que otros se ocupen de sorprendernos cubriendo nuestras necesidades y creando nuevos inquietudes y deseos por nosotros.
Como os comentábamos al principio, la imaginación no se pierde con la edad, solamente hay que pensar en los escritores o directores de cine, personas adultas, que crean historias y personajes increíbles. Pero muchos de ellos no consiguen esto por simple casualidad, sino que siguen ciertas actividades con los que mantienen viva esa creatividad. Por eso hoy os los contamos a vosotros, porque en www.imayine.com nos importa la imaginación, y mucho. Vamos allá:
Atrévete a aburrirte: si eres capaz de parar tu actividad y permanecer en soledad durante un tiempo, estarás abriendo una nueva ventana a la creatividad.
Haz algo diferente: Para estimular tu imaginación de adulto debes modificar tu rutina diaria como volver a casa por un camino alternativo más bonito (no el más rápido), visita un lugar que en principio “no te atraiga”, escucha a personas de ideas diferentes a la tuya, escucha una música diferente a la que acostumbras…
Evita mirar pantallas durante al menos 48 horas. Fuera móvil, fuera televisión, fuera ordenadores y fuera tablets. Deja que tu cerebro descanse para que pueda crear algo nuevo a través de nuevas conexiones neuronales y no por algo que te establezcan de por si.
Inicia un pasatiempo. Los pasatiempos tales como dibujar, pintar o tocar un instrumento estimulan la mente y ayudan a mejorar el pensamiento creativo.
No creas todo lo que otros te cuentan. No hay mayor mentira que una verdad a medias, y la imagen que tienes de la gente entusiasmada por la vida es la interpretación que tú le das a su discurso. No se trata de tomar por falso lo que te cuentan, sino ponerlo en cuarentena.
Baja tus expectativas, aprende a disfrutar de lo cotidiano: haz una lista con esas pequeñas cosas, sencillas, baratas y asequibles que te gusta hacer y ponte a ello.
Di más veces“te quiero”, abraza y acaricia más. El contacto a través de la piel nos conecta con nuestra esencia, nos hace volver a nuestro origen, al niño que todos llevamos dentro, y un niño no tiene tu dificultad para sorprenderse.
Mira a tu hijo o a cualquier niño: y observa, ¿qué es aquello que el niño hace que tú no te permites? Alguna vez tú también fuiste capaz de hacerlo. Mira los dibujos animados infantiles, lee historietas o novelas gráficas y juega con juguetes para vigorizar tu imaginación.
Y hasta aquí nuestro Post de hoy, esperamos que os haya gustado y sobre todo que sigáis nuestros consejos para que vuestra imaginación vuelva a fluir como la de un niño.
“Si puedes imaginarlo…
…Puedes crearlo!”